La importancia de definir objetivos en materia de inversión

Se ha demostrado que los objetivos desempeñan un papel estimulante en la vida. Cuanto más ambiciosa es una meta, mayor será el esfuerzo que le dedicarás1. Si tienes objetivos en materia de inversión, es probable que mantengas tus posiciones más tiempo, ya que tu meta será alcanzar una posición específica y no te centrarás tanto en las pérdidas o ganancias individuales2.

Este artículo describe los objetivos en materia de inversión más frecuentes, cómo establecerlos y cómo puedes alinearlos con tus inversiones y tu tolerancia al riesgo.

Puntos más importantes

  • Los objetivos en materia de inversión se definen en función de una serie de circunstancias actuales y futuras, y dependen de factores como los ingresos, la edad y las perspectivas futuras
  • Los objetivos pueden definirse usando el marco SMART
  • La tolerancia al riesgo no viene dada exclusivamente por las preferencias personales, sino también por los riesgos asociados a la consecución de cada objetivo
  • La asignación de activos te permite establecer la cantidad que vas a invertir en cada posición, en función de tus objetivos
  • Los objetivos a corto plazo (3-12 meses) se centran en la preservación del capital y solo son adecuados para cierto tipo de inversiones, mientras que aquellos a medio y largo plazo permiten la generación de riqueza

¿Por qué es importante definir objetivos en materia de inversión?

A lo largo de los años, los investigadores han podido determinar que muchos inversores, independientemente de su nivel de experiencia, tienden a vender sus posiciones de éxito y a aferrarse a aquellas con pérdidas. A esto se le conoce como «efecto de disposición»2. Es una situación que se produce porque nos vemos influenciados por diferentes factores al tomar una decisión: nuestro trabajo, el lugar en el que vivimos y los medios de comunicación2. Según un estudio realizado sobre este efecto, existe un 50 % más de probabilidades de que los inversores vendan posiciones de éxito que aquellas con pérdidas3. Debido a esta situación, la rentabilidad total de la inversión a lo largo del tiempo puede reducirse.

Una forma comprobada de contrarrestar este efecto es establecer objetivos de inversión. Con este enfoque, en lugar de tomar decisiones financieras basadas en los resultados de inversiones individuales, te centras en lo necesario para alcanzar tus metas. De esta forma, podrás cumplir con tus responsabilidades financieras futuras mediante la generación de riqueza a largo plazo.

Cómo establecer objetivos en materia de inversión

Para comenzar a fijar tus propias metas, es importante que sepas cuáles son las obligaciones a las que tienes que hacer frente en la actualidad y qué te gustaría poder pagar en el futuro. Las motivaciones para invertir incluyen factores como los ingresos, la edad y las perspectivas de futuro.

Los ingresos te permiten invertir y estos varían, en función de la etapa vital en la que te encuentres. Si reflexionas sobre tus responsabilidades financieras actuales y futuras, podrás definir tus objetivos de inversión. Asimismo, la edad también influye sobre las necesidades actuales y futuras, como comprar tu primera casa, las tasas universitarias o la jubilación. Otra posibilidad es establecer metas en función de tus perspectivas y motivaciones de cara al futuro. Algunos ejemplos de objetivos de inversión frecuentes son:

  • Objetivos a corto plazo: aspiraciones vitales (vacaciones, comprarse un coche o tener un colchón para las vacas flacas).
  • Objetivos a medio plazo: gastos importantes (formación o comprar una casa).
  • Objetivos a largo plazo: independencia financiera o planificación de la jubilación.


Más de 500 estudios han demostrado que aquellas personas que definen objetivos específicos y motivadores obtienen mejores resultados que quienes se deciden por metas generales o poco ambiciosas4. El esquema SMART, que te detallamos a continuación, puede ayudarte con esta tarea. Un objetivo SMART es:

  • eSpecífico: claro y bien definido.
  • Medible: puede determinarse mediante un resultado concreto.
  • Alcanzable: debe tratarse de algo viable.
  • Relevante: debe tener relevancia para lo que quieres lograr.
  • Basado en el Tiempo: cuenta con un marco temporal definido.


Desde aquí, puede establecer un presupuesto para cada objetivo. Cumplir con un presupuesto puede ser difícil, por lo que, idealmente, el presupuesto es realista y asequible. Puede ser útil reevaluar las técnicas de administración del dinero y crear estrategias como débitos directos o cuentas de ahorro dedicadas.

Importante: Definir objetivos de inversión no quiere decir que tengas que hacer modificaciones considerables en tu estilo de vida. Unos cambios pequeños pueden ayudarte de forma considerable a generar riqueza en el futuro.

Cómo elegir inversiones alineadas con tus objetivos

El riesgo y los objetivos de inversión

En lugar de realizar inversiones únicamente en función de tu tolerancia personal al riesgo, es importante que consideres también el nivel de riesgo necesario para conseguir cada objetivo. Por ejemplo, alguien dispuesto a jugársela puede contar con un objetivo que solo requiera una estrategia de inversión conservadora5. Los inversores suelen aproximarse al riesgo y a sus objetivos de la siguiente manera:

  • Objetivos a largo plazo: si un inversor quiere preservar su capital a corto plazo, necesitará una estrategia de bajo riesgo y, por lo tanto, un enfoque de inversión más conservador.
  • Objetivos de medio a largo plazo: una estrategia moderada puede ser la adecuada para aquellos objetivos que requieran un mayor equilibrio entre el riesgo y la rentabilidad que el de una estrategia conservadora (en función de tu tolerancia al riesgo). Asimismo, un enfoque agresivo puede ser el adecuado para objetivos a más largo plazo, en los que los inversores están dispuestos a acceder una mayor exposición a cambio de una mayor rentabilidad.

Asignación de activos

Las diferentes clases de activos ofrecen diversas ventajas en función del periodo de tiempo y el nivel de riesgo necesarios para conseguir cada objetivo. Por ejemplo, si lo que quieres es comprar un coche nuevo, tendrás un horizonte a largo plazo. Las inversiones de este tipo suelen proporcionar una menor rentabilidad, pero su liquidez es muy elevada y, por lo general, podrás recuperar tu dinero en un plazo de 3 a 12 meses. En un escenario como este, se pretende preservar el capital a corto plazo, al mismo tiempo que se genera una rentabilidad, por lo que se considera más seguro asumir posiciones en clases de activos que están prácticamente exentas de riesgo, como:

  • Cuentas de ahorro de alto rendimiento
  • Certificados de depósito
  • Bonos a corto plazo
  • Efectivo


En el caso de objetivos con un horizonte a medio y largo plazo, los inversores no van a necesitar sus fondos de forma inmediata, por lo que el objetivo pasa de la preservación del capital a la generación de riqueza futura. La principal ventaja de este tipo de inversiones es que la rentabilidad puede ser más alta. También facilita la superación de «baches» en el mercado y permite obtener una rentabilidad más constante a lo largo del tiempo. En lo relacionado con la inversión en Mintos, hemos detectado que nuestros usuarios tienden a obtener rentabilidades más regulares en el largo plazo. Las siguientes clases de activos suelen presentar mayores niveles de volatilidad (más riesgo) o requieren periodos de inversión más prolongados, por lo que son más adecuadas para objetivos a largo plazo:

  • Acciones y títulos bursátiles
  • Bienes inmobiliarios o Socimis
  • Bonos a medio y largo plazo
  • Materias primas
  • Inversiones alternativas como préstamos


Una forma efectiva de gestionar la asignación de activos es contar con una combinación de clases de estos equilibrada, que se adapte a cada nivel de tolerancia al riesgo y de horizonte temporal a largo plazo. Debido a que muchas clases de activos no están correlacionadas, disponer de una combinación de ellas puede ayudarte a proteger tu cartera frente a las caídas en el mercado. A esta estrategia se la conoce como diversificación.

Si diversificas, tus inversiones de mayor rentabilidad deberían compensar las pérdidas o menores ganancias en tus posiciones con peor rendimiento, ya que riesgo se va a distribuir entre diferentes inversiones y clases de activos no correlacionados. Por ejemplo, en Mintos, hemos podido comprobar que aquellos usuarios con carteras altamente diversificadas tienden a obtener de media unas rentabilidades más estables. Para saber más, puedes conultar nuestra página sobre diversificación y rentabilidad.

De forma similar, la inversión en únicamente, por ejemplo, acciones, no ha proporcionado históricamente una rentabilidad constante a largo plazo. Eso no quiere decir que este tipo de activos no deba incluirse en una estrategia de inversión, pero sirve para mostrar cómo un equilibrio entre las diferentes clases de activos puede resultar esencial para alcanzar unos objetivos a largo plazo.

Establecer objetivos en materia de inversión es una inversión personal en muchos sentidos. Lograrlos, puede implicar la libertad financiera en el futuro. Los objetivos son blancos en movimiento, por lo que la clave para este tipo de inversión es mantenerse centrado en el resultado general, al mismo tiempo que se realizan ajustes a lo largo del proceso.

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Footnotes:

  1. Locke, E. A., & Latham, G. P. (2002). Building a practically useful theory of goal-setting and task motivation: A 35-year odyssey. American Psychologist, 57(9), 705.
  2. Barber, B. M., & Odean, T., (2011). The Behavior of Individual Investors.
  3. Wierzbitzki, M., & Seidens, S., (2018) The Causal Influence of Investment Goals on the Disposition Effect.
  4. Seijts, G. H., G. P. Latham, K. Tasa, B. W. Latham, and M. Journal (2011). Goal Setting and Goal Orientation: An Integration of Two Different Yet Related Literatures. Academy of Management Journal 47 (2), 227–239.
  5. Nevis, D., (2003) Goals-based Investing: Integrating Traditional and Behavioral Finance. SEI Investments.

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